Autores del artículo: S. William Stavropoulos, MD, Sridhar R. Charagundla, MD, PhD
Publicado online: junio de 2007. https://doi.org/10.1148/radiol.2433051649
Sintetizado por la Dra. María José Amaris (Centro Médico Diagnóstico Científico Integral, Buenos Aires, Argentina)
La reparación endovascular del aneurisma aórtico (EVAR) es una alternativa mínimamente invasiva a la cirugía abierta para tratar aneurismas aórticos abdominales y torácicos. Consiste en la colocación de un stent en la aorta, evitando la necesidad de una cirugía abierta.
EVAR tiene como ventaja principal un menor tiempo de recuperación y complicaciones posoperatorias, pero una de sus principales complicaciones es la aparición de endofugas.
Las endofugas son el flujo sanguíneo fuera del stent, pero dentro del saco del aneurisma, lo que puede llevar a un aumento del tamaño del aneurisma o su ruptura. Se clasifican en cinco tipos:
- Tipo I: ocurre en los sitios de unión del stent.
- Tipo II: es causado por flujo retrógrado a través de ramas aórticas.
- Tipo III: se debe a fallas en el dispositivo.
- Tipo IV: por la porosidad del stent.
- Tipo V: llamado endotensión, ocurre sin una fuga visible, pero con expansión del aneurisma.
El manejo depende del tipo de endofuga: las de tipo I y III requieren intervención inmediata, mientras que las de tipo II suelen resolverse espontáneamente, pero necesitan seguimiento, que se realiza mediante imágenes como tomografía computarizada (TC), resonancia magnética (RM) y ecografía.
La TC es la modalidad más utilizada debido a su precisión en la detección de endofugas y cambios en el tamaño del aneurisma.
La RM es útil para pacientes que no pueden someterse a TC y la ecografía con contraste se utiliza en algunos casos. Los materiales de los stents influyen en la calidad de las imágenes, con stents de nitinol causando menos artefactos en RM, mientras que los de acero inoxidable pueden generar dificultades en la interpretación.
El seguimiento de por vida es esencial para garantizar el éxito a largo plazo de la EVAR y prevenir complicaciones graves. Las endofugas y otras complicaciones deben ser monitoreadas y tratadas oportunamente según su tipo y riesgo de ruptura del aneurisma. Las técnicas de imágenes continúan mejorando, lo que permite una mejor clasificación y tratamiento de las endofugas, asegurando un cuidado adecuado para los pacientes.