Síntesis

Imaging modalites for endoleak surveillance

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Autores del artículo: Buth, J., Laheij, R.J.F. Early complications and endoleaks alter endovascular abdominal aortic aneurysm repair. Report of a multicenter study. J Vasc Surg 2000; 31: 134-46.
Published online: 2021 Jun 18. DOI: 10.1002/jmrs.522
Sintetizado por el Dr. Mauricio Plaza Mejía (Centro Médico Diagnóstico Científico Integral, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina)


Resumen

El tratamiento actual de los aneurismas aórticos es la instalación de una endoprótesis en el lumen aórtico por vía endovascular.

El objetivo de este tratamiento es excluir el saco aneurismático del flujo sanguíneo y de la presión arterial para evitar su crecimiento y rotura. Esto se realiza mediante un stent recubierto que se ancla proximal y distalmente sobre la arteria “sana”. Se trata de una técnica que en un principio estaba indicada para pacientes de alto riesgo quirúrgico, pero que, dados sus resultados, ha ido ampliando su población diana. En la actualidad, nadie pone en duda su indicación a corto plazo.

La complicación más frecuente de las endoprótesis son los endoleaks. Estos se definen como flujo vascular peri-protésico, en el saco aneurismático, generalmente asintomático. De no ser detectados a tiempo, pueden progresar con el crecimiento y rotura del aneurisma. El método de elección para su evaluación es la angiografía mediante tomografía computada (TC).

Con el uso creciente de técnicas endovasculares para la reparación de aneurismas aórticos abdominales (EVAR), la frecuencia de complicaciones de estos procedimientos ha aumentado.

El término “endo fuga” fue acuñado por primera vez por White et al. y se define como una fuga de sangre en un saco aneurismático excluido después la colocación de un stent-injerto. Una endo fuga es una de las complicaciones más comunes de EVAR y puede progresar a una ruptura de aneurisma. La clasificación para endo fugas ha cambiado en los últimos años y la discusión entre los distintos tipos implica una relativamente alta o baja probabilidad de ruptura a corto plazo y determina la urgencia de la intervención.

  • Endoleak tipo I: en una endo fuga tipo I, hay una mala interposición entre uno de los sitios de inserción de un injerto de stent y la pared de la arteria aorta o iliaca nativa, y la sangre puede filtrarse a través de este defecto al saco del aneurisma.
  • Endoleak tipo II:  es el tipo más común, se produce por flujo retrógrado desde una rama arterial excluida por la endoprótesis (más frecuentemente de las arterias mesentérica inferior y lumbares, también se produce desde las arterias intercostales y renal accesoria).
  • Endoleak tipo III: se produce una fuga a través de la endoprótesis secundaria a rotura, defecto de la endoprótesis o por falla del sello entre los módulos protésicos.
  • Endoleak tipo IV: se genera por una porosidad de la endoprótesis, asociado a anticoagulación intensa del paciente.
  • Endoleak tipo V: se define como una expansión aneurismática, sin una fuga identificable de contraste endovenoso hacia el aneurisma en la TC, luego de una reparación endovascular exitosa.

El propósito de este artículo de revisión es discutir la armada de modalidades de imagen utilizadas en la detección y evaluación de endo fuga y su variada utilidad.

La radiografía abdominal simple es una herramienta rentable para detectar anomalías macroscópicas del injerto, como la migración o la deformidad del stent (torsión o fractura). Aunque puede despertar sospechas de endo fuga, la radiografía no permite una clasificación precisa del tipo de endo fuga cuando se usa sola.

La ecografía dúplex cuantifica tanto la anatomía aórtica como la dinámica del flujo en tiempo real. La mayoría de los programas de detección se llevan a cabo utilizando ecografía bidimensional. Lamentablemente, la variabilidad de los observadores y de los equipos puede dar lugar a discrepancias en la vigilancia, pero se reducen cuando se utiliza un laboratorio de ecografía vascular dedicado.

La angiografía por tomografía computarizada tiene ciertamente desventajas (radiación ionizante, nefrópata por contraste, diferenciación limitada del tipo de endo fuga); no obstante, proporciona dimensiones quirúrgicas casi reales y destaca las complicaciones del injerto y la enfermedad concomitante (como la infección vecina). Con una amplia disponibilidad y un tiempo de exploración corto, sin duda continúa siendo valiosa en la vigilancia. La angiografía por resonancia magnética tiene una sensibilidad similar a la tomografía computarizada (menos la radiación), sin embargo, está plagada de movimiento y artefactos metálicos.

Conclusiones

Los médicos involucrados en el diagnóstico, tratamiento y control de pacientes con patología aórtica aneurismática deben conocer las manifestaciones imagenológicas de las complicaciones del manejo endovascular, en especial de los endoleaks, considerando el aumento en la prevalencia de la enfermedad ateroesclerótica y, como consecuencia, de la patología aneurismática aórtica.

Para el radiólogo es imprescindible conocer, identificar oportunamente y ser capaz de clasificar los endoleaks o endo fugas, ya que estas pueden determinar una elevada morbilidad y mortalidad si no son detectadas y tratadas a tiempo.

La angiotomografia de aorta abdominal es el estudio radiológico de elección para el diagnóstico de las endo fugas en las endoprótesis de aorta abdominal. Es imprescindible para el radiólogo conocer su clasificación y características radiológicas para establecer un diagnóstico precoz, ya que esto condicionará su tratamiento y pronóstico.

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