Autores del artículo: Joshua J. Solomon, Brooke Heyman, Jane P. Ko, Rany Condos, David A. Lynch
Publicado online: 10 de agosto de 2021. https://doi.org/10.1148/radiol.2021211396
Sintetizado por el Dr. Richard Andrés Cabrera (Centro Médico Diagnóstico Científico Integral, Buenos Aires, Argentina)
Introducción
Desde la década de 1960, los coronavirus han causado tres brotes de síndrome respiratorio agudo severo (SARS). El más reciente comenzó en Wuhan, China, en diciembre de 2019, con la aparición de una nueva enfermedad llamada COVID-19, provocada por el SARS-CoV-2. Este virus se propagó con rapidez a nivel mundial, afectando principalmente los pulmones y llevando a insuficiencia respiratoria en algunos casos.
Evolución clínica y diagnóstico por imagen
Tras un período de incubación de cuatro a cinco días, el SARS-CoV-2 puede o no generar síntomas sistémicos y respiratorios. Aquellos que desarrollaron síntomas severos y/o asocien comorbilidades tienen mayor probabilidad de requerir ventilación mecánica. Cinco días tras el inicio de los síntomas, en la TC, frecuentemente se observa la aparición de lesiones en vidrio esmerilado (GGO) o GGO mixtas, consolidaciones en una distribución periférica y subpleural, broncograma aéreo, signo del halo (opacidades nodulares rodeadas por un anillo en patrón de vidrio esmerilado), dilatación de la arteria pulmonar por trombos endoluminales en aquellos que desarrollan trastornos de la coagulación. Hacia la segunda semana los cambios evolucionan con la aparición de anomalías reticulares leves y focales. En la tercera semana las lesiones consolidativas pueden disminuir o ir hacia el desarrollo de fibrosis posaguda (reticulación, distorsión de la arquitectura pulmonar, engrosamiento del tabique interlobulillar, bronquiectasias por tracción o penalización).
Después de la fase de enfermedad, el deterioro funcional y los hallazgos radiológicos pueden persistir tras el alta hospitalaria.
Las imágenes de TC muestran varios patrones de afectación pulmonar posCOVID-19, incluyendo lesiones en GGO, bandas fibrosas de predominio subpleurales y signos de fibrosis. La resolución de estos cambios varía, y en algunos casos puede evolucionar hacia el desarrollo de fibrosis pulmonar, especialmente en aquellos pacientes que tuvieron síntomas severos o que requirieron ventilación mecánica, la clasificación de estos patrones ayuda a determinar el manejo y pronóstico de los pacientes.
Con respecto al tratamiento, se están investigando terapias para tratar la fibrosis pulmonar posCOVID-19. Los corticosteroides pueden ayudar en casos de neumonía organizada, y se están probando agentes antifibróticos, como el nintedanib y la genisteína. La intervención temprana y el seguimiento son cruciales para manejar las secuelas pulmonares de COVID-19.