Autores: Dr. Dennis Thomas, Dr. Rodrigo Paz, Dr. Álvaro Rinaldi, Dr. Álvaro Rinaldi Abraham, Dr. Jhon Escudero
Resumen
Las fracturas del anillo pélvico óseo comprenden un grupo amplio que incluye desde lesiones menores sin desplazamiento hasta lesiones de mayor magnitud, las cuales se asocian a significativa mortalidad, más aún cuando se vinculan a lesión vascular.
Se realizó un estudio retrospectivo con una búsqueda en la base de datos de nuestro servicio, entre los años 2016 y 2023, de pacientes que presentaban fractura del anillo pélvico. Se incluyeron a todos los pacientes a los que se le realizó TC de pelvis ósea como método de diagnóstico inicial por sospecha de fractura de pelvis. Se obtuvieron 48 casos de pacientes con fractura del anillo pélvico mediante TC de una muestra total de 208 pacientes que ingresaron al servicio por sospecha de lesión pélvica ósea. La edad promedio fue de 40,5 años. Las fracturas fueron clasificadas bajo los criterios de clasificación de Young y Burgess mediante TC.
Las fracturas del anillo pélvico pueden representar lesiones leves prácticamente sin complicaciones asociadas cuando comprometen el anillo óseo anterior, o puede tratarse de lesiones más complejas con posibilidad de complicaciones graves, como el compromiso neurovascular, cuando se lesionan las estructuras posteriores. La clasificación de Young y Burgess es actualmente la más utilizada y proporciona un abordaje relacionado al mecanismo de lesión y la fuerza del impacto. Es importante conocer la anatomía vascular de la pelvis particularmente de las ramas de los vasos iliacos dado que son los que corren mayor riesgo de lesión en fracturas inestables del anillo pelviano y proporcionan un significativo aumento de la mortalidad a los pacientes.
Palabras clave: anillo pélvico, Young y Burgess, inestabilidad pélvica.
Fondo
Las fracturas del anillo pélvico óseo comprenden un grupo amplio que incluyen lesiones menores sin desplazamiento hasta lesiones de mayor magnitud, las cuales se asocian a significativa mortalidad, más aún cuando se asocian a lesión vascular.
Objetivos
- Repasar la anatomía ósea y ligamentaria de la pelvis.
- Repasar la clasificación más utilizada en cuanto a las fracturas del anillo pélvico.
- Presentación de casos y nuestra experiencia en el servicio.
- Complicaciones más frecuentes: puntos a tener en cuenta.
Materiales y métodos
Se realizó un estudio retrospectivo con una búsqueda en la base de datos de nuestro servicio entre los años 2016 y 2023 de pacientes que presenten fractura del anillo pélvico.
Se incluyó a todos los pacientes a los que se les realizó TC de pelvis ósea como método de diagnóstico inicial por sospecha de fractura de pelvis, todas las edades y todos los tipos de fractura del anillo pélvico que fueran representados por la clasificación de Young y Burgess.
Se excluyeron los estudios que fueron realizados como control posquirúrgico tardío y estudios de RM y radiografía convencional, como también todos aquellos estudios que fueron realizados por sospecha de fractura de cadera (cabeza o cuello femoral).
Se obtuvieron 48 casos de pacientes con fractura del anillo pélvico mediante TC de una muestra total de 208 pacientes que ingresaron al servicio por sospecha de lesión pélvica ósea. La edad promedio fue de 40,5 años. Los mecanismos de producción fueron mayormente politraumatismos de baja a moderada energía y caídas desde altura. En cinco casos se encontraron lesiones por traumatismo de alta energía relacionados con accidentes automovilísticos.
Las fracturas fueron clasificadas bajo los criterios de clasificación de Young y Burgess mediante TC.
Once casos presentaron compromiso del anillo óseo posterior. En 36 de los 48 casos existió compromiso del anillo pélvico óseo anterior. Solo un paciente presentó una lesión compleja asociada a fractura conminuta de la cavidad acetabular. Un paciente presentó lesión conminuta del tercio distal de la tibia. Ningún paciente de nuestra serie presentó compromiso directo de vasos intrapélvicos ni de estructuras nerviosas.
Discusión
Las fracturas del anillo pélvico pueden representar lesiones leves prácticamente sin complicaciones asociadas cuando comprometen el anillo óseo anterior, o puede tratarse de lesiones más complejas con posibilidad de complicaciones graves, como el compromiso neurovascular, cuando se lesionan las estructuras posteriores. La clasificación de Young y Burgess es actualmente la más utilizada y proporciona un abordaje relacionado con el mecanismo de lesión y la fuerza del impacto. Es importante conocer la anatomía vascular de la pelvis, en particular de las ramas de los vasos iliacos, dado que son los que corren mayor riesgo de lesión en fracturas inestables del anillo pelviano y proporcionan un significativo aumento de la mortalidad a los pacientes.
Conclusión
Es importante conocer la clasificación más utilizada en la actualidad para las fracturas del anillo pélvico y su importancia para el traumatólogo tratante, como también poder identificar las potenciales complicaciones que pudieran surgir en las fracturas provocadas por traumatismos de alto impacto, en particular el compromiso vascular, las cuales, si bien son infrecuentes, aumentan significativamente la mortalidad de los pacientes.
Anexo


