Autores
Dr. Sebastián Rivadeneira (Hospital Juan A. Fernández, Capital Federal, Argentina); Dr. Juan Van Der Velde (Hospital Militar Central, Capital Federal, Argentina).
INTRODUCCIÓN
El quiste esplénico congénito es comúnmente visto en la infancia tardía cuando la ruptura u otras complicaciones conducen a su diagnóstico. Sin embargo, el diagnóstico puede hacerse prenatalmente alrededor del tercer trimestre (1). Algunos quistes pueden llegar a ser muy grandes y causar complicaciones tales como ruptura e infección que requieren tratamiento, pero también se han reportado casos con regresión completa (1-2). Presentamos dos casos de quistes esplénicos que fueron diagnosticados en sus controles prenatales (2).
PRESENTACIÓN DE CASOS CLÍNICOS
Caso N° 1. Paciente que concurre a control obstétrico a las 22 semanas de edad gestacional. Los controles ecográficos mostraron un feto único, de presentación móvil de sexo femenino. El examen del bazo demostró la presencia de un quiste simple localizado en topografía intraparenquimatosa de 8 mm de diámetro mayor. En el control posterior, a las 28 semanas, se observó que el hallazgo se había mantenido, debido a que presentó un septo delgado en su interior en todos sus controles (Fig. 1a, Fig. 1b, Fig. 2a, Fig. 2b, Fig. 2c, Fig. 2d). El resto del examen por aparatos y sistemas fetales no mostró alteraciones.
Caso N° 2. Paciente que acude a su control obstétrico de su tercer trimestre, a las 38 semanas de edad gestacional. El scan fetal de rutina mostró un feto único, de presentación móvil, de sexo masculino. El examen del bazo demostró la presencia de un quiste simple localizado en topografía intraparenquimatosa, de 8 mm de diámetro mayor (Fig. 3a, Fig. 3b, Fig. 3c). El resto del examen por aparatos y sistemas fetales no mostró alteraciones.
DISCUSIÓN
El bazo fetal se desarrolla durante la sexta y séptima semanas de gestación a partir de una agregación de células mesenquimales reticulares en el mesenterio dorsal del estómago (5). El bazo contribuye a la producción de los megacariocitos fetales y la trombopoyesis, pero no interviene en la producción de precursores eritroides (6). El bazo fetal se puede identificar precozmente por ultrasonido después del tercer trimestre de edad postmenstrual (5).
El diagnóstico prenatal de un quiste esplénico se informó por primera vez en 1988 por Lewman y Miller2. Con el ultrasonido de tecnología con alta resolución prenatal, ahora es posible detectar pequeños quistes esplénicos en fetos tempranamente5. Los quistes del bazo son poco frecuentes (<300 casos documentados en elmundo) y de etiología variable. Estas lesiones pueden clasificarse como quistes verdaderos (primarios) o falsos (secundarios) (4-5).
Aproximadamente el 25% de los quistes esplénicos congénitos son de etiología desconocida3-5. Los posibles mecanismos etiológicos incluyen:
- Involución y metaplasia de células pluripotentes en el parénquima esplénico durante el desarrollo.
- Inclusión del mesotelio-celomico durante la organogénesis.
- Invaginación de las células endoteliales peritoneales (mesotelio) dentro del bazo en desarrollo;
- Dilatación de los espacios linfáticos normales.
En general, los quistes esplénicos pueden ser vasculares, serosos e infecciosos, quistes congénitos y neoplasias (epidermoide, dermoide, hemangioma y linfagioma) todos de pronóstico favorable. Los falsos quistes o pseudoquistes, que tienen una cápsula fibrosa, pueden ser postraumáticos, inflamatorios o degenerativos (7).
La mayoría de los quistes esplénicos son benignos (3). El diagnóstico diferencial de quiste esplénico fetal incluye masas quísticas en el cuadrante superior izquierdo del abdomen (4). En los casos presentados, el bazo fetal se identificó claramente mediante ecografías programadas y no se evidenció cambio en el tamaño de los hallazgos. Los quistes gastrointestinales, como los del colédoco y los mesentéricos, se localizan preferentemente en las partes derecha y anterior del abdomen fetal (8). Los quistes renales pueden diferenciarse de los quistes esplénicos identificando la topografía del riñón fetal (4-6).
CONCLUSIÓN
La mayoría de los quistes esplénicos son benignos y no están asociados con compromiso fetal o infantil. Las exploraciones ecográficas periódicas deben realizarse de manera esquematizada en las etapas prenatal y postnatal para monitorear la evolución del quiste. Se sugiere emplear Doppler color para descartar lesiones vasculares, muy útil para poder reducir el espectro de diagnósticos diferenciales.
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